Desde el momento que nuestro cerebro evolucionó para desarrollar herramientas y comprender algún tipo de comunicación rudimentaria de señas y gruñidos, estuvimos sometidos al desarrollo de sistemas de interacción cada vez más complejos, en los que no solos los gestos y señas eran suficientes, el desarrollo de nuestro sistema vocal, permitió que esos meros gruñidos evolucionaran a sonidos formales con intencionalidad.
Posteriormente, el ser humano desarrolló sistemas de escritura en los cuales había correspondencia de grafías con fonemas y la evolución en sistemas ideológicos detonó fuertemente.
Hoy en día, los seres humanos no podemos ser independientes de un sistema social, y muchos menos de formas comunicativas con nuestros congéneres, ya que la atención a las mútliples necesidades de todo tipo son prioritarias. Escribo todo esto, no por echar rollo ni porque haya consumido ningún tipo de sustancia, es solo que ayer estaba pensando seriamente, en lo importante que puede llegar a ser nuestro lenguaje y por ende la comunicación en sí. Por si fuera poco cada persona cuando es niño aprende de distintas maneras cómo hablar y cuándo decir tal o cual cosa, es algo bastante curioso y por demás interesante.
El saber dominar el idioma nos permite abrirnos o cerrarnos puertas, aquel que goza de buena articulación puede hacer y deshacer, saber concretar un negocio, una idea y cualquier otro tipo de cosa. Está quien domina el lenguaje técnico, y puede hacer maravillas científicos con él, los que lo utilizan en el sentido bello y poético y pueden expresar aquello que su imaginación, creatividad y sensibilidad les permite. Desde luego que están aquellos que lo usan como pueden (los del sentido popular), y lo utilizan como algo vital para la mera sobrevivencia.
Todos y cada uno de los diferentes tipos lo utilizan, lo necesitan y como muchas cosas increíbles de nuestra creatividad lo dan por tan sentado que no reflexionan sobre él. Yo sigo pensando que soy afortunado por tenerlo de cerca desde temprana edad y poder utilizarlo para casi poder decir todo aquello que quiero y siento. Además mi idioma, es hijo de una de la lenguas más importantes y conocidas del planeta tierra, en mi país se enraizó y tomó un folclor rico en sinónimos y modismos que lo hacen único en latinoamérica.
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