domingo, abril 13

Todo lo que podemos hacer.

Podría llamarte de manera distinta pensarte ajena. Decirte que eres más que unos 3 ó 4 encuadres en mi memoria. Contarte historias de mi niñez que resultan ser familiares a las tuyas. Llevarte a traves de tiempos y lugares que no conocerías.

Decirte que te llevaré escondida en tal canción. Y que yo seré esa tos que no te deja dormir de noche, que te abarca en la cama y cuando estás mas cansada te levanta piernas y brazos de manera brusca; sientes que la cama se cae lo mejor es que no sabrías como reaccionar.

Saberte despierta e intranquila me hace feliz porque das vueltas de aquí a allá y no me marea verte. Haz dicho que te gusta verme fatigado en el sillón porque te imaginas como seria de viejo. Estas manos que no consuelan con tocarte y esos labios tuyos que no pueden hablarme.

Quiero taparte los ojos, hablarte al oido y traerte hacía mi lentamente. Que no entiendas nada, que no puedas controlar la situación. Tenerte tan mía; tenerte tan ajena a tí. Te imagino que te morderías el labio inferior darías una respiración profunda y pensarías mil maneras de deshacerte de mí. Hasta que te vuelvas parte mía, te imagines la manera de matarme y caigas vencida.

Somos el silencio que nadie abarca antes de decir los secretos.

Pasan las horas, la carretera que no lleva a ningún lado. Ves caer a cuenta gota en la ventana el cielo. Me preguntas si los días conmigo son así. Te contestó con la respuesta que menos te esperarías: no lo sé; soy incertidumbre. Pero tal ves es todo lo que podemos hacer. Sonríes y comienza otra canción.

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