domingo, diciembre 23

Esos esquemas tan arraigados


Dentro de los debrayes clásicos y los más novedosos el otro día reflexionaba sobre el cómo en un sinfín de aspectos esos esquemas machistas no han podido ser del todo olvidados, y en mucha personas no han sido siquiera trastocados; de hecho creo que es algo mucho más serio de lo que se piensa en realidad, incluso a ser motivos de separación en las parejas por la dificultad de hacer un cambio de esquema o rol. Son varis las cosas que en mi persona noto que me hacen ser distinto pero en otras tantas igual, por ejemplo, para mi sería raro una mujer que llega por mi en su carro, salimos, ella maneja y se ofrece a pagar la cena; inconscientemente creo que ese es mi rol, o mi papel. Pero por una parte debo reconocer que salir con una mujer que no solo está esperando que haces por ella es sumamente tentador y atractivo, además de reconfortante, no es alguien que salga contigo solo por interés de que a ver a donde la llevas y cosas por el estilo.

En otras tantas cosas es desquiciante como cada vez el género femenino trata cada vez más de ser como lo es el sexo opuesto, y de hecho lo logran, pero lo más criticable del asunto es que cuando realmente llegas a darles un trato igualitario, es que no eres para nada caballero, si llegan a la igualdad de alguna o de otra forma el desequilibrio llega por otra parte.

En resumidas cuenta noo creo que tenga nada que ver con ser feminista o ser machista, más bien tiene que ver con que en ocasiones el sexo femenino tiene una programación inducida desde el vientre materno, que las hace en ocasiones usar estratagemas para hacer con uno lo que quiere, me refiero con esto a que en mi experiencia he podido apreciar que a una mujer el peor insulto que puedes hacerle es ignorarla, entonces si, eres interesante y en ocasiones es solamente inseguridad en ellas, de no sentirse tal o cual cosa, pero si en cambio eres amable y te acercas con claras intenciones de conocer o socializar, entonces eres un arrastrado y no les interesas en lo más mínimo, porque como estás ahí disponible qué caso tiene, mejor el clásico: "QUIERO LO QUE NO TENGO", y aún recuerdo que de eso me percaté claramente en secundaria, que es cuando todo mundo tiene sus hormonas y sentimientos a todo lo que da, las niñas más buena onda andaban con puros gañanes, como dicen las doñas son hijas de la mala vida, pero que se le puede hacer, es el camino que más les gusta seguir.

Existen también mujeres que dicen ser las más informadas en el asunto, las que saben de la A a la Z en las relaciones y demás, y cuando menos lo piensas llega un gañan y las tiene como mensas y soportando toda clase de abusos y demás, pero así son ese tipo de asunto. La intención principal de este escrito es hacer notar que de verdad me sorprende como muchas de esas cuestiones vienen como en un programa básico de comportamiento de los dos sexos, así como si fuera un programa base que ya todos tenemos incluidos, otros tantos son comportamientos adquiridos, pero en gran parte es información que acompaña a cada sexo, y no creo que en esas pavadas que el hombre es de marte y las mujeres de venus, de hecho si existen muchas diferencias pero es común encumbrarse en hacerlas más notables.

Los tiempos cambian, pero las costumbre persisten... yo concluyo que estoy listo pra dar grandes pasos, que una chica me invite a salir y me lleve al lugar, que ella maneje, que ella grite o eructe más fuerte que yo, que sepa más formas de conjugación con las groserías, que tenga mayor afección que yo a los deportes, y haga esas cosas que por siglos nos han caracterizado.

miércoles, diciembre 19

Una nueva lección de vida

Son en los lugares más recónditos en donde nuestra imaginación y nuestro sentir se exacerba y el sentimiento cada vez es más profundo, escribo lo siguiente a razón de la caída en cama de mi papá a razón de una falla renal, misma que desencadenó en el proceso de diálisis; lo cual he llevado a que pase mucho más tiempo del deseado en hospitales. Es en esos lugares donde nuestros sentidos de agudizan realmente a la fragilidad de nuestra especie, donde cada vez que vemos abrirse una puerta o acercarse a alguien esperamos ver una cara amigable, pues florece momento a momento nuestra empatía, un lugar que para nuestro habituado mirar es de lo más normal, pero al cuidar el recorrido visual puede uno estar consciente que son de lo más especial de nuestra sociedad, templos de la salud, cunas de la esterilidad eternos veladores de la asepsia.

Es por demás que uno intente poner buena cara en esos lugares, como también es imposible ignorar los rostros dolientes de las personas que padecen por otro cuyo dolor puede ser incurable, tantas buenas intenciones y tantos anhelos que de vez en cuando pueden ser solucionados.

Como parte del ritual analítico y lógico que llevo a cabo día con día como parte de mi habitual modo de vida, hoy he caído en cuenta que estar en esos lugares o mejor dicho, la sobreexposición a los ya mencionados, lo sensibiliza a uno como pocas experiencias pueden hacerlo, se está en un contacto tan cercano con la muerte y con el dolor de los demás; lo cual ocasiona en algunos una sensibilidad máxima o una insensibilidad cotidiana. Espero todo salga bien y las cosas marchen como deban de marchar.

viernes, diciembre 7

Declaro la guerra en contra de mi peor enemigo

Citando ese infantil juego que utilizaba la frase que da título a este post, reitero mis múltiples intento de luchar contra la Rutina. Es que en realidad no nos percatamos de lo dañino y lascerante que puede ser este concepto al ser puesto en prática. En mi caso las dinámicas que se desarrollan tanto en el ámbito laboral como en el personal han sido en ciertas ocasiones un verdadero caso para el análisis pre-ensoñación. Ejemplos de lo que digo tengo bastantes, relacione familiares que siempre tienden a lo mismo, relaciones amorosas que inician como sueños utópicos de cualquier idealista y que al momento de ejecutarse resultan ser mucho menos dulces de lo que parecían. En los distintos ámbitos laborales solemos establecer rutinas y procedimientos ajustados a nuestra conveniencia para no batallar más de lo necesario, y no hablo necesariamente de bajo desempeño sino de que procuramos no molestar a tal o cual persona con lo que sabemos que puede hacerle enojar, etc. Muchas veces corremos con la buena fortuna de que se establecer algún cambio y eso nos da la oportunidad de establecer nuevas formas de relacionarse, en mi caso soy una persona super afortunada porque en mi reciente ámbito laboral, cada dia es un nuevo reto.

El caso es que en serio, hay que cuidarse, mi rutina me ha hecho caer en viejos vicios y algunos no tan añejos. Es común que día con día la rutina me agobie, y me ataque, que al finalizar una jornada de trabajo lo único que quiera es enajenarme en casa viendo televisión y porque no, darme un gusto como comer frituras, lo cual no hace nada bien a mi salud, ni a mi físico, pero bueno, que puedo hacer es una forma de compensar mi estado de ánimo. Para algunas personas con compromisos mayores, por decir a las personas con hijos, la rutina se vuelve su peor enemigo pues al finalizar el día ellos no pueden sino atenderlos. En las relaciones se vuelve algo fatal, uno deja de sentirse especial con cada te quiero, con cada gesto y con cada detalle... Desastroso es el resultado.

Es tan peligrosa, que aún conóciéndola de frente y de cerca en muchas ocasiones uno no puede más que aceptarla, tal puede ser el caso de las personas que laboran día a día en profesiones mucho más operativas y maquinales, para quienes la rutina es devastadora, tan desgastante ese trabajo poco motivante y enajenizante. Ellos son el grueso de la población a quienes los programas baratos de televisión, la bebida y un sinfín de pasatiempos los hace sus principales víctimas pero qué pueden hacer si son víctimas como lo soy, como lo eres tu y como lo han sido y serán muchas más personas si no nos cuidamos de tan feroz e inclemente enemigo.