martes, diciembre 16

Efímero contra trascendente

Es innegable, ineludible e inefable a la vez que todas las personas, las cosas y cualquier elemento que exista en nuestro mundo, tarde que temprano tenga que dejar de hacerlo. Nosotros conforme el inclemente verdugo que es el tiempo, vamos desgastándonos cual piedra porosa ante la acción del viento, y es algo natural, y es algo que nos pasa a todos, pero ¿Qué hace que algunas cosas, personas o elementos permanezcan en la memoria colectiva de algún grupo de cierta extensión, por mucho más tiempo?, vaya, que es lo que le da esa trascendencia, entiendiendo ésta como aquella capacidad de algún elemento de poder traspasar su entorno, tiempo y espacio.

Todos y cada unos de los filósofos griegos con quienes he tenido contacto mediante sus escritos estaban intrigados por este concepto, que época con época cada vez ha sido de menos interés para todas las personas. Será que constantamente somos bombardeados por estímulos que nos hacen preocuparnos por nuestra corto lapso de vida en esta tierra, pero lo hacen del modo incorrecto; pues pugnan por la vida desenfrenada y basada en la autosatisfacción mucho más que en una vida centrada y alejada de los excesos, buscando lo que hay más allá de los resultados inmediatos. Hace algunos días leía en un libro de museografía didáctica que desde la revolución industrial el ser humano dejó de buscar la supervivencia y empezó a elaborar productos basados solo en la comodidad; haciendo referencia al cómo los productos artísticos o patrimonios culturales podrían incluso llegar a ser considerados bienes de consumo.

Y es del todo curioso, notar que algunas de las creaciones de la humanidad, y sus acciones durante su estancia en nuestro mundo han dejado huella o ha pasado a la posteridad, por alguna acción positiva o negativa.

Hoy mi suerte ha cambiado, y muchas de las cosas que solían ser de un modo deben tomar otros rumbos, lo que sentía seguro ya no lo es más, y lo que en su momento se veía un poco más inseguro ha tomado una solidez que muchas construcciones envidiarían. Lo curioso, es que la vida da muchas vueltas, y es una constante masa móvil, que te sorprende y cuando menos lo piensas te pega por la espalda y no supiste de donde vino el golpe. Pero no por eso debemos alarmarnos, más bien debemos prepararnos, en mi caso, no es la primera vez que tengo algo muy seguro y que me hace súper feliz y sin pensarlo se acaba, pero al menos en el plano personal, he comprobado que llegan cosas mejores (Luv u hunny).

En la esquina contraria, lejos del fatalismo puedo decir que hoy en día me encuentro mucho más crecido -solo de experiencias más no de estatura, por si alguien que me conoce en persona, dijera algo-, jajaj. En estos últimos años he tomado el rumbo de mi vida, he detectado cuáles exactamente mis cualidades y hasta donde podría llegar a explotar mi todas mi capacidades, y la verdad es que me sorprende como la vida nos propone cambios y si los tomamos de bajada podemos obtener increíbles resultados, incursionar en campos laborales que nunca habíamos imaginado y descubrir en ellos una vocación... o bien, una misión de vida.

No podemos negar que estamos aquí de paso, pero lo que si podemos hacer es que ese caminar o ese transito sea lo más agradable posible y dejar un poco nuestra esencia en la vida de los demás, y trascender de esa forma.

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