domingo, diciembre 27

crónicas de la peda

Posiblemente este blog pudiera cambiar el nombre a algo más prendido que fuera "Crónicas de la peda", "Aventuras de un joven alcohólico" o incluso "lo que el vino se llevó", pero aún así que cada línea delate mi incipiente adicción a la sustancia etílica, me he percatado que en ocasiones una sustancia como la bebida permite a este simple mortal exacerbar cada una las fibras sensibles que se tiene y las musas coquetas y vagan salen a la luz y facultan mi mano para describir elocuentemente la belleza de mi amor, la tristeza por el consumismo de la sociedad actual o bien el afecto que puede sentir por el pariente lejano; la tristeza por las carestías mundiales y a fin de cuentas, procesar aquellos estímulos crudos, ajos y fríos que el mundo escupe en sus bocanadas diarias.

Si es Baco, quien exhalta mi corazón que sea Baco quien lo apague, pero que no tarde años, se lleve mi vista y demasias funciones ¿No es verdad HOMERO?, que lo haga pronto y sin piedad.

"El mar no cede ni tampoco la Metralla"

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