viernes, octubre 24

Un gusto y un privilegio


Pasando los vertiginosos días anteriores a la inauguración de la que bien podría considerarse la más importante exposición del proyecto de Museo en donde laboro, con obras de grandes paisajistas del siglo XVI al XX. La vorágine de acontecimiento no me había podido dar tiempo de reparar en la grandeza de la exposición, y el cómo predico y trato de hacer que la gente guste de las manifestaciones artísticas, pero en ocasiones yo me vuelvo un poco autómata o mecánico en esa actividad.

Desde luego que ver obras con esa antigüedad hacen que cualquier baje la guardia y no pueda menos que maravillarse, tuve el privilegio de interactuar con personas muy pero muy profesionales de los cuales aprendí mucho, y a quienes tengo una especial estima, por que vamos, yo soy muy fácil de conquistar, y a cualquier persona que se porte medio bien conmigo pues se gana un pedazito o un poco de mi afecto, interactuar con ellos casi una semana me hizo tener filiación por ellos, y sentirme "blues" cuando se fueron.

En estas semanas me di cuenta de muchas cosas, el estrés tiene ciertos límites y fronteras, y cuando uno las cruza, está super cerca del colapso, cómo yo lo estuve, y cada cosa por pequeña que parezca derepente te pone mal, y te hace sentir que el mundo se va a acabar; cuando en realidad no es así.

Este escrito tiene la sencilla intención de poder comunicar y poder sacar de alguna manera de mi persona, el gusto que tengo de convivir a diario con grandes maestros de la pintura, y poder testimoniar su grandeza y talento, y comprender por fin comprender, el porqué son quienes son. Miren que decir pintura impresionista, no es cualquier cosa, además de poder hacer que las demás personas reparen en hecho importantes en la historia del hombre y la humanidad, para motivar su apreciación es una de las más nobles labores que alguien pudiera tener, y lo mejor aún, es que me pagan por ello, y cada día siento, que de verdad caí en el lugar adecuado, en el tiempo adecuado y de la forma adecuada. Gracias a mi Dios, y gracias al azar.

En cuanto, a mi convivencia con el paisaje, me he percatado de muchas cosas, entre ellas, si, es cierto, este género está muy relacionado con la poesía, pues los pintores a través de sus recursos plásticos pueden exaltar y hacer una especial mención de tal o cual aspecto de la naturaleza, confiriendo a pintura y pincel el caracter de creadores de algo mucho más supremo que lo material, y a sus creaciones un toque espiritual que lo hace a uno sentir, que en esos lugares representados se está por encima de la cotidianeidad que nos abruma y nos consume en las orillas de este posmoderno mundo.

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