domingo, noviembre 9

De tamborazo y olor a carne asada

Desde siempre he sido una especie rara en mi sociedad, desde siempre he notado que hay más cosas en el mundo que lo que veo a mi alrededor, desde siempre supe que la música ranchera, o de banda no me gustaría nunca, siempre estuve consciente que las personas que oían una fracción de ese tipo de género musical le rendían tributo a cosas tan poco lógica y reprobables como el robo, asesinato, narcotráfico, infidelidad y demás; ¡Pero vamos!, eso ha existido y existirá por siempre, y nada ni nadie podrá evitarlo y así seguiremos por los siglos de los siglos amén, porque el ser humano tiene una carne que es débil y que lo hace tender hacia lo negativo, como en las diversas teorías de grupos en sociología, hay una natural tendencia a la entropía.

Sin embargo, una cosa es padecer de alguna debilidad carnal, e incluso tener vicios que nos acarren problemas y sean recurrentes; pero una cosa muy pero muy distinta es el hecho de que además de cometer esos actos que moral y socialmente son inapropiados, se les exhiba, se les aplauda y se les halage, como en esos famosos corridos norteños que se ocupan principalmente de ensalzar a los asesinos, traficantes y demás como si fueran los nuevos ídolos o caudillos. Será en parte que en nuestra cultura siempre hemos tenido esa herencia milenaria de derramamiento de sangre y que secretamente disfrutamos del dolor de los demás, - suena demasiado morboso, pero en realidad así lo veo en ocasiones- o bien, puede ser otra razón, simplemente es una continuada línea de muchos acontecimientos que ha presenciado nuestro país, y nuestro mundo, sería curioso estudiar la forma en que la posmodernidad afecta a un país como el nuestro y específicamente a cada región, cómo es que en cada porción de tierra específica de un país, pueden convivir y confluir tan distintas personalidades y tan distintas formas de personas, en realidad eso nunca deja de asombrarme.

Hoy que soy adulto y sobre todo que mi formación académica como docente me ha enfrentarme a los estragos de años y años de permisividad y de olvido de las buenas costumbres, me percato que análogamente a lahistoria del arte, en ocasiones se gana en un sentido pero se pierde en otro. Con lo anterior me refiero, a que si bien hoy el mundo tiene mayor libertad de expresión, también hay personas que hacen mal uso de ella, y la desprestigian, y en el otro polo encontramos una sociedad en la que nos matamos unos de otros y a nadie le importa, pues estamos tan hastiados de nosotros mismo, tan hartos, tan absortos, enajenados, engreídos, ensimismados y sobre todo la tecnología y demás artificios de nuestra era nos han hecho dar un vuelto atrás y ser algo asi como las sociedades bárbaras de la edad media, y todos nuestros avances en lo humanístico se han pérdido.

Como educador, me normalmente me logró asombrar del tipo de educación que se les está dando a las nuevas generaciones, esa extrema libertad, esa permisividad, esas paternidades democráticas, esas comúnes frases de "dejalo está chamaco", y le permiten oir, ver y recibir información que no son sino pura mierda, en lugar de buscar alternativas de entretenimiento o diversión que además de cumplir esa necesidad puedan dejarles un mensaje, y desde luego, no creo que las personas seamos responsables, es más bien quién nos maneja, el gobierno con su maniquinaria incesante articula formas de manipulación, como el exceso de actividad laboral, la siembra del pánico mediante los medios, que hacen que las personas al se ocupen solo de producir más que de vivir, y eso genera que al llegar a sus hogares no dediquen tiempo a la formación de sus hijos, sino más bien quieran embrutecerse como programas absurdos y sensacionalistas como "La Academia", Ventaneando", y demás basura cultural.

Toda la reflexión anterior tiene su génesis en las incontables festividades, festejos, reuniones y eventos sociales, en lo que uno puede apreciar que este tipo de expresiones culturales, solo lasceran a nuestra sociedad y nuestra gente, me asusta en ocasiones la incapacidad de reflexión de algunas personas, así como su ensimismamiento en su persona, es la era de la total egolatría y enamoramiento de nosotros mismos. Nacido en un pueblo bicecletero, en donde todos están acostumbrados a seguir a las masas, a hacer lo que los demás hacen por mera imitación, me ha acarreado problemas que en ocasiones estuvieron cerca de una golpiza por varios congéneres, por buscar ser uno mismo, y es que es obvio la individualidad asusta a las personas ignorantes, porque ¿Por qué habría yo ser diferente de los demás?, ¿Por qué de donde yo vengo es un delito ser inquisitivo? ¿Por qué no puede uno ser uno mismo y que los demás lo acepten como es?, y lo curioso es que incluso en las familias se recrean esas dinámicas.

De tamborazos y carne asada, y ahora bien también balaceras, es como podemos describir nuestro bello territorio, en donde cada vez la información y la teoría de la desinformación envenenan tanto al pueblo que lo han hecho todos unos autómatas programados a seguir instrucciones y ser manipulados por las cabezas de la nación y del mundo.

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