jueves, noviembre 6

No mentirás

Es incluso una de las directrices que la biblia, uno de los más antiguos libros comenta como máxima. Desde niño siempre creí y supe como algo que llegó a mi como conclusión fortuita, que la mentira me podía sacar de muchos problemas, pero respeté eso si, que nunca me mentiría a mi mismo, porque yo soy con quien estoy al final del día; a los demás puedes mentir, pero cuando tu estás solo y ahí tienes que enfrentarte contigo, debes estar seguro de que lo que ves te agrada.

Muchas personas suelen utilizar la mentira por muy distintas razones, algunas de ellas protegen sus inseguridades, otras se fabrican ciertas ilusiones que les hace más llevadero su existir, otras personas son mitómanos de profesión y constantemente elaboran escaramuzas para justificar alguna carencia o alguna necesidad. Lo que es común en todos ellos, es que tiene necesidad de recurrir a la mentira para saciar cierta necesidad. Algunas personas incluso, mienten con tante frecuencia que llegan a creer sus propias basuras, y derepente vemos a alguien que se considera superior, o toma una nueva percepción de él mismo, basado en un mito que el mismo empezó. La mentira, hija del mito, todo mito está alejado de la realidad, pero toma una parte de ella para construir, sin la realidad no existe parámetro de comparación y por ende toda mentira deriva de la descomposición o alteración de un mundo real y existente.

Vil recurso, de recurrente aparición en la vida de todos quienes intentamos ser mejores personas y hayamos en él una válvula de escape, una forma de ahogar nuestras penas o nuestra insoportable condición, y decidimos que la mejor salida es la mentira, esta habitual herramienta nos acorrala en ocasiones, nos persigue y nos hostiga, es como una droga de la cual no podemos escapar hasta que le damos uso; nunca he creído que esté del todo mal, de hecho yo constantemente recurro a ella - aunque cada día intento hacerlo menos -, lo que si creo que de verdad hace daño, es negarlo, y una vez más vivir en un mundo de ficción, en donde todo es irreal. Incluso hay personas que mienten respecto a su agrado por otras personas, y entonces le mentira se convierte en hipocresía, esa sensación de no poder ser quien uno es auténticamente por miedo a decepcionar o no agradar a los demás. Mi cuerpo es algo raro, cuando soy hipócrita me duele el estómago, y no puedo evitarlo me siento pésimo, cómo que mi misma composición sabe que no es para nada correcto.

Existe muchas vías y muchas maneras de incurrir en este molesto hábito, yo desde hace tiempo tomé la decisión de ser devastadoramente sincero, y me ha acarreado muchos problemas, sin embargo, me arriesgo y lo hago, afronto las cosas con esa nueva actitud de no callarme lo que me puede hacer daño, y he aprendido que hay una ración de realidad o verdad que las personas pueden tolerar, todo lo demás solo puedes hacerl más daño que vien, y es que lo anterior es algo que uno debe hacer para liberarse para siempre de ese pesado yugo amordazador.

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