Aparecen muchos movimientos, nombres y temas, pero sin lugar a dudas aquellos que giran en torno a la revolución suelen ser lo más interesantes, y si no, pregúntenle a Octavio Paz con su Laberinto de la Soledad y las mil y un deposiciones sobre el carácter del mexicano, que en ocasiones, ¡qué digo en ocasiones! en muchos casos toma como margen de referencia este movimiento armado sobre el cual se funda nuestro México contemporáneo. Pero bueno, para historia del Arte o de México, pues mejor lean un libro, este blog no tiene ese fin.
Por razones laborales, mis compañeros y yo hemos tenido la buena fortuna de hacer dos viajes a la fecha con motivos culturales; uno al DF que desde luego es la capital y este segundo en el que me encuentro en Zacatecas. Yo sabía que existían dos hermanos de este estado que habían sido grandes, y desde luego sin hacer menos a los otros, pero es que la impresión que me llevé en el Museo Pedro Coronel de verdad que no tiene manera efectiva de describirse. Cuando me ofrecieron el trabajo en Casa Rosalva tuve que ponerme a leer como energúmeno porque no sabía ni papa de Arte, muchos de los nombres, de las piezas y de los movimientos artísticos que aparecían en mi libro, por difícil que parezca de creer, estaban en este Museo, además de obra plástica de muchos artistas contemporáneos o por decirlo de algún modo moderno.
La gran sorpresa para mi amigo Rodrigo fueron las obras de miró, a quien yo conocía desde hace tiempo, y a según me dijo, el también, pero nunca tan cerquita por decirlo de algún modo. Personalmente a mi me dejó sin palabras el trabajo de quien lleva su nombre el Museo. La obra de Pedro hace un tremendo sincretismo entre la pintura abstracta moderna y la preshispánica; utiliza íconos como las calaveras, además la forma colorista me recuerda la luminosidad de los pueblos indígenas del país, que a través de viajes con sustancias alucínogenas los visualizan en sus viajes. Además de todo esto su obra habla de cuestiones primigenias, del inicio de la humanidad con una rotundidad que deja sin palabras. Al extremo que me fue más agradable su obra que varias de picasso que estaban ahí.
A fin de cuentas lo mejor de todo es tener la oportunidad de conocer este tipo de espacios que están tan alejados de nosotros, y que valen tanto la pena porque lo afectan a uno positivamente. Por un momento entre el Museo Goitia y Coronel fui el hombre más feliz.
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