
Continuando con la historia de mi encuentro con la múica de Edgar, contagié de ese gusto a un vecino, quien posteriormente por internet compró las dos producciones discográficas de este trovador, que aunque un poco melosos, no dejo de pensar que son el vivo retrato de mi sensibilidad, lo siento como si fuera yo quien contara algunas de las historias que el captura y convierte en melodías. El caso es que después de escuchar las dos producciones y tener otras múltiples influencias musicales, el destino me concede oirlo en vivo y escuchar las experiencias (interesantes, espero), que tenga que platicar y continuar disfrutando de mis vacaciones, espero que el lugar asigando sea bueno y tener una que otra imagen de calidad. por eso mismo, mañana en la noche, ¡A DISTRUTAR SE HA DICHO!.
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