domingo, marzo 16

El dolor

Hoy en plena misa de 12:00 p.m. vino a mi un recuerdo de algún texto leído, mismo que desencadenó una serie de reflexionaes. Entre los recobecos de mi mente tengo uso de razón de haber leído en algún libro de Aristóteles que todos somos por naturaleza cobardes o más bien que el programa operativo del humano repudia o mejor dicho, busca por todos los medios eludir el dolor. En un principio me parecía extremista el utilizar ese término al rechazo a nuestras más fisiológicas necesidades, incluso llegué a cuestionarlo severamente en mis reflexiones. Pero es hoy día, a mis 25 años, cuando cada vez por distinto tipo de desilusión es más difícil decir no a esos pequeños gustos que uno se da, pero que son tan dañinos para uno.

El dolor, es algo sobre lo cual nuestra sociedad repara poco en estado consciente pero que muchas de las acciones tomadas, muestran esa clara antipatía hacia este concepto, en pequeña o gran escala, una muestra clara es ese continuo afán de la sociedad por llegar a la total "comodidad" o más bien, a eliminar una serie de obstáculos para la obtención de algún fin, u objetivo. En busca de esa comodidad el hombre se ha encontrado con el fuego, la luz eléctrica, el cobijo, los automóviles, y muchos más, y cada uno de ellos ha ocasionado una cierta involución en el sentido físico, pero una evolución en el sentido mental, - quiero pensar que tiene algo de positivo - en donde se ha fortalecido el intelecto pero, las destrezas físicas, han quedado como algo "artesanal", - cómo odio ese término, que hoy tilda a todo lo hecho a mano o no producido en masa -, lo importante de la reflexión es el cómo en un sinfin de ocasiones optamos por la salida má fácil y en mi personal caso, yo siempre tengo desconfianza por muchas cosas que me ponen la solución a un click, es por eso que muchas ocasiones yo aprendo mucho más escribiendo un resumen, que leyendo en la compu, o prefiero sacar algunas cuentas en papel y luego en la calculadora; algunas manías como esas.

En otras ocasiones, la gente que vive en este globo que no es sino el mismo de hace dos mil, solo, que las personas que lo habitan han cambiado tanto de hábitos que ya no se reconocen ellos mismos, buscan el dispositivo que solucione todos sus problemas y al enfrentarse a una situación en la cual no pueden recurrir a ninguno, colapsan.

La reflexión va encaminada, más que nada a que buscamos muchas rutas distintas para escabullirnos del dolor, y en ocasiones lo logramos, pero soy de las personas que piensa debido a un sinfín de experiencias personales SUPER DOLOROSAS, que esas mismas han sido las que han determinado mi caracter, y es justo ahí en el límite, ese punto en el que quisieras tirar todo y salir corriendo, escapar y fugarte a cualquier lado menos a donde estás, en el que si sigues, el músculo se fortalece, aprender la lección y sales revivificado, desde experiencias personales, hasta las físicas, éstas últimas las he tenido descuidadas y es por eso que ahorita tengo problemitas de sobrepeso y agotamiento, todo corregible aplicándome. Otra cosa que tengo segura es que la gente que ha pasado por el dolor, tiene un brillo distinto en los ojos, que aquellos que no lo conocen, el vándalo que ya no teme a balazo o un machetazo, el niño que ya se ha roto los dientes, aquel que se haya accidentado y estado en alguna situación delicada, todos ellos tiene una visión tan distinta de las circunstancias, tan, pero tan distinta, para ellos una nueva línea se trazo con cada incidente incómodo.

No es lo mismo el niño que no ha sufrido violencia intrafamiliar, que aquel que no y ha padecido la irracionalidad del maltrato de la figura que se supone debe protegerlo, no es lo mismo forzarse a entender ese tipo de situaciones. Lo que me lleva a pensar fácilmente, siempre debemos hacer solo las cosas que nos hacen sentir bien, no será más bien que conforme más aprendemos a estar en ambientes que no nos son placenteros más aprendemos, más dóciles podemos llegar a ser, más se nutre en nosotros la sensibilidad ante las peores situaciones en las que muchos pueblos viven a razón de nuestra arrogancia y nuestra necesidad de bienes consumibles eliminadores del dolor, de esos placebos que por segundos pueden apaciguar las molestias aparentes. Cada vez que me encuentro en lugares que no me agradan del todo, escuchando a gente que solo habla de dientes para fuera, y que se empeña en enajenarse con su propia voz, cada vez que tengo que articular palabras ociosas y fingir alguna sonrisa, cada que la gente me orilla a hacer cosas desagradables, me doy cuenta, que el tonto o el inzulso no soy yo, sino ellos, porque creen que por joderme han ganado pero si yo decido no desgastarme haciendo corajes, creo que el que ganas más soy yo.

En muchas formas se presenta, de muchas maneras podemos eludirlo, pero es parte de nuestra naturaleza el sentirlo, el dañarnos y dañar a otras personas... DOLOR, deberíamos ahondar más en este término que en su contrario PLACER, mismo, en el que gira toda nuestra sociedad.

1 comentario:

paola dijo...

Depende de la cultura. Ya sea el dolor como urgencia. El dolor como ritual que te hace pasar de una etapa de tu vida a otra. Dice la maestra de farmacología que los analgésicos han sido el mejor descubrimiento, cuando el hombre pudo curar sin el dolor. El dolor se puede traducir a miedos. Una amiga sufre de dolores de espalda que no la dejan dormir. Ella para mí es una de las mejores escritoras actualmente. Aparte que su vida en verdad ha sido un campo minado, ella escribió una ves: nos dicen que la catástrofe nos persigue, yo digo que somos la catástrofe. Y ella me dijo una ves que cuando pasan mucho tiempo que no tiene esos dolores siente que su vida pasa como sino existiera. Y de pronto el dolor le recuerda que sigue viva, porque si no fuera por eso, ella sentiría que pasan los días.

Yo nunca he sufrido un dolor intenso. Y si es cierto, mi amiga es menor que yo pero muchísimo más fuerte. Mis papás siempre me han dicho que algo me va a pasar. Y creo que si estoy a la espera de ese dolor. Y antes me angustaiaba pensar lo horrible que me tiene que pasar para que yo agarre un caracter o sea de determinada manera. Hoy ya me parece casi inútil.

Es raro, no? Me ha tocado estar presente para declarar muerte en el hospital. He tomado historias clínicas para que los pacientes me enseñen un poco de medicina. Pero uno no aprende medicina, uno se lleva consigo otras cosas. Es muy delgada la linea donde eres un doctor y pasas a ser un consuelo. Y una ves yo le decía a una doctora. Es que doctora no es lo que yo les vaya a ayudar, es lo que los pacientes me ayudan a mí.

Te pone en otro nivel. Agarras una radiografía de tórax y dices, cardiomegalia grado 4. Una ves una amiga dijo: doctora el paciente que me toco no tiene nada más que cancer de estomago. Le contesta: Selene, un cáncer de estomago es fulminante, cómo que nomás tiene eso. Y soy desde esos acercamientos más conciente de mi mortalidad. Trato de hacer algo nuevo todos los días.

El punto es tratar con dolor es delicado. Y está ahí, cuando no puedes hacer nada es mucho más difícil. Y hay gente allá afuera que vive con él. Ayer vi sweet november. Te seguro que es mucho más feliz que aquellas que esperan lo extraordinario y aquello que les de por fin la felicidad.